Cuando era chica me encantaba ir a la casa de los abuelos a festejar las fiestas, mis hermanos y yo viviamos felices con el solo hecho de ir, nos quedábamos a dormir todos los familiares y éramos tantos que teníamos que poner colchones en el comedor para entrar todos, un dia mi abuelo tuvo que dormir en el balcón porque ya no había más lugar! (y el depto es super grande!), lo más lindo era el "día siguiente", cuando todos los "niños" nos levantábamos temprano e íbamos con el abuelo a comprar el pan...
Qué cosas tan simples y qué felices nos hicieron, mi abuelo fue un ídolo para todos nosotros, aún hoy lo sigue siendo, un ser tan especial que no se puede dejar de admirar nunca, qué poco supe demostrarle mi cariño los años que viví con él... ojalá me haya perdonado... y haya comprendido mi angustia adolescente, que no fue desamor hacia él, sino dolor por sentir abandono, me encapsulé y en ese estado de defensiva me perdí de compartir tantas cosas...
Ya sé que hice lo que pude, y seguramente él también...
Lo extraño aún hoy...
Y todo esto a qué viene ahora???
Creo que mi hijo está removiendo viejos rincones, en algunos hay tesoros como lo que conté de las navidades infantiles, en otros hay miseria y soledad... todo eso y mucho más habita en la misma persona que soy yo, pero mejor por hoy cierro el arcón de los recuerdos y me voy a descansar.
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